
Te comentamos como fue la experiencia de visitar el Parque Nacional Pan de Azúcar, con su ecosistema de desierto costero. La Mina San José, lugar donde ocurrió el rescate exitoso de 33 mineros que quedaron atrapados bajo las profundidades de la tierra. El Medanoso, la duna más alta de Chile y el Parque Nacional Nevado Tres Cruces, en la cordillera de la Región de Atacama
Por Mark Johanson
«Cuando mi avión aterrizó en el Aeropuerto Desierto de Atacama en el norte de Chile, sentí que había sido lanzado fuera de órbita hacia un paisaje marciano. Aparte del pequeño terminal, no había otro edificio a la vista en medio de un panorama de reseca tierra.
A unas 15 millas del aeropuerto, vuelvo a la realidad en el pequeño pueblo costero de Bahía Inglesa, una bahía azul turquesa de arena blanca perlada, donde contrato los servicios del guía local Carlos Pizarro, de Chillitrip, para explorar la remota mitad sur del Desierto de Atacama.
A medida que avanzamos por caminos de “bichufita” (un concentrado de sal marina), vemos a pescadores nómades recolectando algas en agrestes playas desérticas. También existen pequeños puertos como Caldera y Chañaral, donde hombres con pieles curtidas por el sol en puestos frente al mar venden piure fresco (una criatura marina roja) y ácidos ceviches.
El guía me lleva a almorzar empanadas de camarón en la aldea de pescadores llamada La Caleta, una accidentada playa dentro del Parque Nacional Pan de Azúcar. En el agua, en la isla homónima del parque que asemeja un pan de azúcar, hay una pequeña colonia de unos 40 pingüinos de Humboldt merodeando la costa en busca de alimento.
Puede que el mar aquí sea abundante, gracias a la Corriente de Humboldt rica en nutrientes, pero la tierra es árida e infértil. Este es, después de todo, el lugar no polar más seco del planeta. En el parque no llueve hace un año. Algunas estaciones meteorológicas de Atacama nunca han registrado una gota. El guía afirma que el área que estamos visitando sólo duerme por el momento. “Está esperando la lluvia,” explica, “pero cuando llegue, verás cuán vivo está
realmente el desierto.”
Lluvias esporádicas cada ciertos años dan lugar al desierto florido, una capa de flores rosadas, blancas y amarillas que cubren los valles montañosos cerca de la única verdadera ciudad por estos lados, Copiapó.»
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